CUSTODIA COMPARTIDA GALICIA. ABOGADO VIGO.
Estudio de la Custodia Compartida en Galicia.
Justicia deriva a Sanidad el diseño de una ley estatal de custodia compartida
Sostiene derivarlo a ese ministerio porque debe primar el interés de los menores
Incorporar la custodia compartida como la modalidad más deseable en los casos de separación o divorcio era una de las condiciones del acuerdo de Gobierno suscrito entre el PP y Ciudadanos. La idea volvió a resonar en el Congreso en noviembre, justo el mismo mes en el que el Tribunal Constitucional tumbaba la ley valenciana al respecto que había entrado en vigor en el 2011. La razón: invadir competencias del Estado. El tema regresó al hemiciclo durante la sesión de control al Gobierno, en la que el ministro de Justicia, Rafael Catalá, pidió a los grupos políticos que dieran luz verde a un gran acuerdo para reformar el Código Civil y que la custodia compartida se convierta en «una relación de normalidad» en los casos de ruptura. Y es que, al contrario de la pauta marcada por el Tribunal Supremo, el Código Civil entendía la medida como algo excepcional.
El Ministerio de Justicia ha derivado ahora al de Sanidad la elaboración de ese texto sobre la custodia compartida. ¿Por qué? «Dado que lo que está en juego es el interés de los menores, este es un asunto que lleva ahora el Ministerio de Sanidad, porque es el que más sabe del asunto. Fue hace unos meses cuando se optó por ello, aunque Justicia colaborará en todo lo que le compete», explican fuentes del departamento que pilota Catalá. Desde el Ministerio de Sanidad todavía no han dado respuesta a cómo llevan el asunto.
De momento, lo cierto es que la elaboración de una norma estatal sobre custodia compartida no acaba de despegar. El PP, durante su congreso estatal celebrado en febrero, defendió la reforma del Código Civil para introducir esta medida como la mejor para los hijos, de acuerdo con la doctrina del Tribunal Supremo.
Los principales detractores de una futura ley al respecto son las organizaciones contra la violencia machista. Aunque esos, según la profesora de Derecho Civil Helena Martínez, miembro de la comisión de la Xunta encargada de analizar el tema, son asuntos que no deben mezclarse. Además, como alegan los expertos, en custodia compartida hay que hacer trajes a medida. La razón es que cada familia tiene un contexto que hay que tener en cuenta. Por eso, una normativa que se incline por la custodia compartida por defecto, aunque el Supremo diga que es lo más deseable, no es tampoco la norma ideal. El asunto, añaden los expertos, ha de abordarse desde un punto de vista multidisciplinar en el que prime el bienestar de los niños.
Iniciativa popular
En Galicia, el Parlamento tiene ya en su poder una iniciativa legislativa popular para elaborar una ley sobre la custodia compartida. Impulsada por la Asociación de Pais e Nais Separados de Galicia, aunque ya tiene los 100.000 apoyos necesarios, continuará recabando más hasta junio.
La cuestión es que llegue a aprobarse, como ha ocurrido en el País Vasco, donde la norma es producto de otra iniciativa legislativa popular. La profesora Martínez dice que, aunque hay voluntad política de legislar al respecto, puede ser complicado porque después de que el Constitucional echara atrás la ley valenciana hay temor a que en Galicia ocurra lo mismo.
Ahora habrá que esperar a ver qué hace el Ministerio de Sanidad al respecto.
No es solo una cuestión de repartir el tiempo de estar con un niño al 50%
Expertos en temas de custodia compartida como la psicóloga Dolores Seijo aclaran que hay que distinguir entre custodia física compartida y custodia legal compartida. En el primer caso, aclara, los niños pasan con cada progenitor un tiempo importante, aunque no tiene que repartirse exactamente en una proporción del 50 %. «O tempo que debería pasar con cada un está entre o 33 e o 50 %», dice. Y no olvida recordar que, mientras no contravenga el interés del menor, es necesario que los niños pasen el mayor tiempo que puedan con ambos progenitores. En el segundo caso, uno de los progenitores es el que vive con el niño todo el tiempo, aunque cualquier decisión sobre él ha de tomarse en consenso. No queda garantizado que ambos puedan ver con regularidad a los hijos.