La Importancia de la Elección de un Buen Abogado de Familia.
Acudir al abogado de familia sólo cuando acontece la crisis matrimonial o convivencial es una práctica muy habitual en la ciudadanía.
Esta manera de actuar conlleva que, en demasiadas ocasiones, los problemas tengan ya difícil solución para la persona afectada. De ahí la importancia del asesoramiento previo.
Podemos poner un ejemplo muy común: muchos cónyuges desconocen cuál es el régimen económico matrimonial al que están sometidos. También suelen ignorar las consecuencias económicas o patrimoniales que conlleva su vida en común.
Siendo así, es muy usual que no sepan de quién son los bienes inmuebles, muebles, incluso negocios, que han adquirido o iniciado durante el matrimonio o convivencia. Es muy frecuente que estén equivocados al considerar su titularidad, y, consecuentemente, en el momento de la crisis se dae sorpresas muy desagradables.
Si estas personas hubiesen conocido cuál era el régimen económico que regía su relación matrimonial o convivencial, y cuáles sus consecuencias prácticas, no se habrían producido tan inesperadas sorpresas. Quizá su manera de comportarse antes de la crisis hubiera sido distinta: en la libertad que emana de conocer y saber las consecuencias de los propios actos.
Hoy en día, además, es posible pactar, antes de que se produzca la crisis matrimonial o convivencial, cuáles han de ser las soluciones que los propios cónyuges o convivientes quieren dar a esos futuros problemas.
Hay muchísimas decisiones de la vida que tienen muy graves consecuencias jurídicas y que los esposos y convivientes necesitan conocer antes de adoptarlas. El hecho de casarnos de una u otra forma; el lugar en que lo hacemos o en el que decidimos vivir; la vivienda que elegimos como domicilio familiar; tener o no hijos; la educación que queremos darles; el tiempo que queremos compartir con ellos; cómo pagamos los bienes que podamos adquirir; cómo costeamos las cargas matrimoniales; la decisión de trabajar exclusivamente para la casa o hacerlo fuera de ella… Y así podríamos relacionar multitud de circunstancias que mantienen relevancia jurídica y que, una vez surgida la crisis y sus problemas, van a condicionar las soluciones.
La vida familiar, el matrimonio y la convivencia son aventuras extraordinarias de nuestra existencia y, como toda aventura, debe ser preparada con precisión para evitar problemas y sorpresas indeseables. Para ello, para estar completamente preparados, es fundamental buscar y obtener un asesoramiento previo, antes de iniciar cualquier etapa, con un verdadero especialista: el abogado de familia.
Artículo elaborado por José Gabriel Ortolá Dinnbier, miembro de la junta directiva de AEAFA